¿Por qué no soy nacionalista? argumentos para una discusión



¿Por qué no soy nacionalista? argumentos  para un debate racional


“Cuando digo nacionalismo’ me refiero antes que nada al hábito de pensar que los seres humanos pueden clasificarse como si fueran insectos y que masas enteras integradas por millones o decenas de millones de personas pueden confiadamente etiquetarse como buenas’ o malas' (…) Me refiero al hábito de identificarse con una única nación o entidad, situando a esta por encima del bien y del mal y negando que exista cualquier otro deber que no sea favorecer sus intereses” George Orwell



Los post (1, 2 y 3), anteriores tenían como objetivo apuntar las bases de las ideas que vengo a resumir. La idea es dotar de armas para un debate pero también para la comprensión del fenómeno. El nacionalismo identitario, nuevo opio del pueblo, contiene los mismos peligros que la religión por su capacidad de dividir artificialmente el mundo que creado entre todos. 


La nación no es algo natural, algo que ha existido desde siempre. Es una idea con motivos y funciones netamente políticos vinculados a un momento histórico concreto. 


Tanto el concepto moderno nación-contrato social como el concepto de nación tribal o étnica tienen orígenes muy concretos históricamente. Hablar de naciones como entes orgánicos y políticos antes de  estos momentos es simplemente anacrónico. (Natio, viene  de natus, el participio de Nasci -gnasci-, nacido, y equivale a la fórmula como natural de”). 

Toda alusión, por ejemplo a Wilfredo el Velloso o a Viriato como fundadores de un espíritu nacional (Volkgeist) es, simplemente, absurda. Y sin embargo, el nacionalismo ha conseguido que demos por válidas tesis que no se sostienen. ¿Cómo? disfrazando su carácter de ideología de emoción” y así se confunde nacionalismo con el amor a una lengua, a tus orígenes, a tu familia… porque el apego a tus raíces tiene algo de universal. Ése es su caballo de Troya: identificar ese amor patrio con sentimiento nacional, algo que, irónicamente, permitirá estimar y odiar  a personas que no conocemos y defender o atacar fronteras que, en realidad, nunca visitaremos. Esto proviene de la reacción alemana romántica al racionalismo ilustrado. 

Así pues hay que tomar conciencia de que el nacionalismo, más que un sentimiento, es una ideología, que surge a la vez que surgen los estados y las fronteras en el sentido moderno ( si no hay Estados, nadie puede plantearse si sus fronteras coinciden o no con las supuestas naciones). Además del Estado, es necesario que exista una evidencia de la diferencia” que nos haga plantearnos si  somos realmente iguales (a esta toma de conciencia de la diferencia contribuyen fenómenos  como el imperialismo que ponen en contacto culturas diversas desde un plano de desigualdad, o la revolución industrial con la aparición de las sociedades de masas y el movimiento obrero, o la aparición de medios de transporte y la proliferación del turismo). Otros factores podría ser la aparición de la opinión publicada -no periodismo sino opinión- como medio de propaganda, la secularización y consiguiente desaparición del principio de unidad de origen que facilitaba la religión. 

La dependencia del concepto de Estado-Nación.

  • Kedouri define el nacionalismo como la doctrina sostiene que la Humanidad se encuentra dividida naturalmente en naciones, que las naciones se distinguen por ciertas características que pueden ser determinadas y que el único tipo de gobierno legítimo es el auto gobierno nacional”, de ahí que su pretensión sea otorgar a cada nación soberanía.  De esta definición se extraen dos principios: 

  • Para el nacionalista, las naciones existen y se pueden identificar por rasgos objetivos y verificables (hechos diferenciales). Ya sean estos la raza, la lengua, la historia común, o traje regional…Que la ciencia demuestre que todos somos mestizos, que gran parte de las lenguas tengan variantes dialectales tomen préstamos de otras y cuenten con un organismo que produce un standard tendente a suprimir las diferencias dialectales, es secundario. Para un nacionalista la lengua es natural
  • Que el Estado-nación es, (desde Hegel), la única forma viable de organización política: cada grupo nacional tiene que tener su estado, de lo que se infiere que cada estado debe tener una nación única (esto es  unaevolución del cuius regio eius religio que vimos antes) Los Estados no deben tener cualquier base territorial ni agrupar a cualesquiera individuos”. La sociedad internacional habrá alcanzado su estructuración correcta cuando se consiga una correspondencia biunívoca entre Estados y naciones: cuando cada cultura disponga de su perímetro político exclusivo”.  Siguiendo esta lógica, toda supuesta nación sin estado se sentirá oprimida (al no poder desarrollar su destino histórico, según Hegel). Y si no se siente oprimida, no es porque no lo esté,  es porque esta dormida/aletargada: esto explica la presencia de términos como el despertar de la nación, el renacer de la nación…("esperta do teu sono", renaicenxa, risorggimento). No es que el resto pasemos de su rollo, es que estamos dormidos. 
  • De aquí se explica el auge de los nacionalismos en Europa: en un proceso de integración como el europeo, en el que el Estado Nación se va difuminando progresivamente, los nacionalismos se ven privados de su esencia y por tanto, amenazados, y transmiten la idea a la población de ser como un equilibrista que pasea por la cuerda floja sin red. Hayes en "El nacionalismo como religión" aporta otra idea más  "Las personas indiferentes u hostiles a la religión pueden encontrar una satisfacción y una devoción que ocupe el lugar de aquélla en el nacionalismo terreno; es decir: en lo que viene a ser, en esencia, una religión del secularismo moderno. Solamente de esta manera puede explicarse que algunos puedan ser, simultáneamente, comunistas y nacionalistas"


las naciones no existen en la naturaleza y por eso no hay una noción rigurosa de identidad nacional. 


  • ¿Por qué deberían corresponderse las entidades políticas soberanas con los grupos nacionales? Esta es una de las ideas que se exponen habitualmente con la misma naturalidad con la que un creyente da por sentada la idea de Dios. Pero como en el caso de Dios, no hay ninguna evidencia empírica que nos haga pensar que sólo por tener la misma raza o hablar la misma lengua, deberíamos aspirar al autogobierno. En el fondo se trata de suprimir la pluralidad, entendiendo que la falta de uniformidad es un obstáculo para la paz y la concordia. Para empezar,+ esto es, de facto, suprimir la libertad del ser humano que se ve obligado así, a ser de una manera determinada por el mero hecho de haber nacido en unas coordenadas geográficas concretas. Esta forma de pensar olvida que la pluralidad es la esencia del ser humano, que somos iguales precísamente porque somos distintos, porque nunca habrá nadie como nosotros. Pero es que además olvida que históricamente los estados étnicamente homogéneos han sido la excepción, siendo mucho más habitual la convivencia de orígenes diversos ya desde Roma. Y si acudimos a la historia, los intentos de establecer regímenes étnica y culturalmente homogéneos han resultado desastrosos. 

  • ¿Qué es la identidad nacional? Según la teoría nacionalista, la Humanidad se compone de naciones, las cuales son distinguibles entre sí por una serie de rasgos de inclusión/exclusión.  Y aquí entra de todo, la Historia (muchas veces retorcida), la etnia/raza, el RH, el color del pelo, el color de piel, la forma del cráneo, la adhesión al movimiento… Es como un self-service del que cada nacionalismo coge lo que le apetece, en función de las necesidades del momento, pero es que además si cogemos varias de estas características, observaremos que en función de cada una, los límites de la nación resultante” geográficamente difieren (por ejemplo las variantes dialectales de una lengua marcarían nuevas naciones)  y el hecho de que haya movimientos migratorios, y las personas tengan la mala idea de enamorarse y procrear nuevos mestizos no hace sino añadir dificultades a los que buscan la pureza.(malditos humanos!)  

  • ¿Qué hacen los nacionalistas para enfrentarse a este problema? Pues hay dos posibilidades: 

      • Redondean. Sí, redondean. Creo que se ve mejor con el ejemplo de Gellner: Imagina que en un territorio ciertos rasgos son compartidos por parte de la población: Así, básicamente, el 80% son rubios, el 51% tienen los ojos azules y el 90 son cristianos. Para un nacionalista, la esencia de esa nación es la de ser rubio, con los ojos azules y cristiano, aunque esto sólo represente al 51%. Es un poco dibujar la nación con brocha gorda. Lo preocupante es que también establece categorías entre quienes cumplen todos los requisitos, y quienes no, que serían menos nacionales que los primeros. Es decir: sentamos las bases para una futura limpieza étnica. Definición, señalamiento y expulsión en aras de la pureza nacional. Esto ya ha pasado. 
      • La nación está formada por aquellos que creen compartir una serie de caracteres comunes y aceptan el ideario nacional (como ya vimos). De ahí que sólo el grupo nacional es competente para decidir si el pulpo es un animal de compañía. La realidad de si se comparten características o no, de si esos mismos elementos existen o no, no es relevante. Como toda cosmovisión ideológica, lo importante en el nacionalismo no es tanto la realidad empírica como su propia coherencia interna. De ahí que las fantasías identitarias y las epopeyas históricas sean tremendamente importantes, como por ejemplo tomar el cantar del Mio Cid como texto si fuera la noticia de un diario y no un texto literario (A alguien se le ocurre buscar la Isla de Circe dónde para Ulises? pues aquí sabemos dónde estaba la posada de Dulcinea o en que encina ataron a las hijas del Cid). Lo relevante es que de esta forma, el nacionalismo abandona cualquier intento de ser empírico y por tanto científico para pasar  a constituirse como realidad subjetiva o superstición : la verdad es irrelevante. Ténganlo en cuenta cuando discutan con ellos


Las llamadas identidades nacionales no son naturales: el proceso de  construcción nacional


Un país europeo, conocido en la antigüedad, crea un reino en la Edad Media. Repentinamente es víctima de una invasión por un pueblo con una religión diversa. Partiendo de una vitoria milagrosa, comienza un proceso de reconquista que desemboca en el SXV  en una re unificación de los territorios, con un monarca que se auto titula emperador. Se exploran y colonizan tierras extras al tiempo que tiene que hacer frente a guerras con un país vecino y con el imperio turco, al que derrota en el XVI. El país debido a tanta guerra arrastra al imperio al declive, y la dinastía reinante es sustituida por otra que aporta las modas francesas y la ilustración. Después viene la invasión de Napoleón, a quien el pueblo de forma heroica se opone en guerra de guerrillas y consigue, no sólo librarse del invasor sino abrir el país con una serie de reformas que, una vez re-instaurada, la monarquía se encargaría de borrar.  ¿qué país puede ser? 

¿España? no. Es Rusia. Casualidad? no, no lo es. La historia no se repite siempre exactamente igual, sino que para que el relato” histórico pueda ser comprendido y asimilado, es necesaria una lógica narrativa.  En 1920 Vladimir Propp descubrió que muchos cuentos de tradiciones diversas compartían los mismos asuntos porque sus historias estaban construidas a partir de una serie de piezas fijas. 31 en concreto. Lo más llamativo era que esas piezas se combinaban siempre en el mismo orden. 

Nuestra mente, al parecer, tiene a organizar los relatos de determinada manera y la realidad que queremos contar se transforma” en función del relato que aplicamos, y esto explica también porque nuestra memoria no coincide exactamente con la de los demás sobre los mismos hechos.  En la historia de España, por ejemplo, hablar del proceso de Reconquista es dotar a un fenómeno que dura 800 años, ocultando las guerras entre cristianos, o entre musulmanes e intentando dotarle de una unidad que, en realidad, no tuvo, y una unidad lineal que pretende darse, del mismo modo que parte de una unidad que realmente no existía (la conquista del reino Suevo fue pocos años antes del 711, y los árabes entran en alianza con parte de los visigodos). 

Lo importante es que la realidad se encastre a la fuerza en el ciclo : unidad primigenia y feliz (visigodos) > Pérdida (conquista musulmana)> lucha/resistencia heróica (Reconquista)> Redención (toma de Granada). Es el mismo esquema que "Rocky". Que entre Alfonso X y Isabel la Católica haya casi doscientos años de guerras civiles cristianas, incluyendo alianzas con reinos musulmanes, que en la conquista de Granada Navarra no era parte y  Sicilia sí…son datos que se ocultan vía redondeo ( como vimos antes) 

Este esquema funciona particularmente bien en los estados-nación del XIX, bueno pues ahí tenemos al Romanticismo, y la comparativa de que hablabamos: una cierta competición para igualar historias nacionales rivales, en esquema sería algo aśi


Ciclos
Piezas
España
UK
Francia
1 Ciclo

Invasión
Positiva
Pueblo primigenio

Cultura superior

Resistencia Heróica

Héroe Arquetipo
Celtíberos


Romanos

Numancia


Viriato
Britanos


Romanos

Malvern Hills


Carataco 
Galos


Romanos

Alesia


Vercingetórix
2 ciclo 

Invasión negativa
Cataclismo

Batalla Singular 

Héroe Arquetipo

Lucha por la unidad
Musulmanes

Covadonga

Pelayo

Reconquista
Vikingos

Edington 

Alfredo el grande
Guerras daneses, 
Musulmanes

Poitiers

Carlos Martel 

Guerras civiles
climax 
monarquía 
Reyes Católicos
Isabel I
Enrique IV
3 ciclo 

De la división a la unidad
Cataclismo 2


Lucha por la Unidad

climax monárquico 2
Decadencia Austrias


Guerra de sucesión

Carlos III
Final Tudors


Guerra civil

Jorge I
División religiosa


Guerras de religión

Luis XVI


Es cierto que hay miles de monografías sobre aspectos concretos de la historia que, conociendo o no estas pautas, no las adoptan en sus relatos, pero no dejan de ser árboles que impiden ver el bosque. Si estudiamos la cómo se enseña la historia en las escuelas, nos daremos cuenta que que a vista de pájaro esto se repite una y otra vez. La nacionalidad hay que regarla una obviedad– con la educación” y el adiestramiento consciente con este fin”, que pueden producir mayor o menor grado de exaltación (Hayes)

 ¿Cual es la alternativa a la nación?.

Pues es la gran pregunta. Deberíamos ser capaces de encontrar un término que sea transversal, que supere la abstracción nacional, y que fuera capaz de incluir toda la pluralidad. Personalmente yo defiendo el término pueblo”, un concepto bastante mas antiguo que el nacional, pero que ha sido capaz de mantener su esencia, quizá por estar más anclado a la realidad. En ese sentido, ya las Partidas de Alfonso X, texto nacido en el Toledo multicultural,  que en realidad retomaba  un concepto  latino Algunos hombres dicen que pueblo se llama a la gente menuda, así como menestrales y labradores, mas esto no es así, y antiguamente en Babilonia y en Troya, que fueron lugares muy señalados y ordenaron todas las cosas con razón y pusieron nombre a cada una según convenía, pueblo llamaron al ayuntamiento de todos los hombres comunalmente: de los mayores, menores y de los medianos, pues todos estos son menester y no se pueden excusar, porque se han de ayudar unos a otros para poder bien vivir y ser guardados y mantenidos.

Es decir, no hablamos en términos geograficos como simplemente el conjunto de habitantes de un lugar concreto, sino que debe forzosamente incluir un deber recíproco de ayuda mutua y solidaridad sobre la base de que es la convivencia en sociedad lo que garantiza la vida y la supervivencia del ser humano (lo que explica que el aislamiento y la incapacidad de reconocer al otro sean uno de los primeros peldaños del totalitarismo). De hecho el concepto de "pueblo" está en la base del Republicanismo Cívico que explicaba aquí.

Este concepto de pueblo, basado en la promesas mutuas de protección y solidaridad, permite explicar por qué cuestiones como la desprotección social es un ataque a la esencia misma de la sociedad de una forma más sencilla que si partimos de una concepción nacional, de igual manera que la participación política se explica y se entiende mejor si partimos de un gobierno del pueblo, para el pueblo y por el pueblo. El estado-nación, ya uni nacional ya plurinacional, o las naciones sin estado no permiten de igual manera porque tienen a tener demiurgos y ministros del culto nacionalista que interpretan la supuesta voluntad de la nación (el nuevo absoluto), incluso en contra de una parte relevante de sus propios conciudadanos.

Pero claro, esta es mi opinión. Obviamente las vuestras son muy bienvenidas…

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