Libertad y estado Cooperativo III: Es posible recuperar la asamblea?
Seguimos con la traducción del artículo (anteriores partes aquí 1 y aquí 2) sobre las reformas constitucionales propuestas para progresar hacia un estado cooperativo. En el anterior post hablábamos de las formas de dominación, poniendo el acento en la Manipulación que en nuestras sociedades puede darse en la elaboración de discurso y opinión pública o para inducir procesos de consumo automático. En este nuevo fragmento, se propone la recuperación de la Asamblea no en cuanto a su capacidad normativa, sino en cuanto a instrumento para la elaboración de un discurso común.
Reviviendo la asamblea (comunicativa)
Entonces
¿cómo vamos a abordar el problema de la manipulación?. Dado lo
generalizada que está la manipulación en los sistemas modernos de
gobierno quizás deberíamos comenzar considerando qué es lo difiere
los sistemas modernos de sus prototipos antiguos. Madison no tenía
dudas cuando en la primavera de 1788 explicó que:
“El
principio de representación no era desconocida ni para los antiguos,
ni totalmente ignorado en sus constituciones políticas. La verdadera
distinción entre estos y el sistema estadounidenses radica en
la
exclusión total de las personas en su capacidad colectiva de
cualquier participación
en
este último, y no en la exclusión total de los representantes de la
gente de la administración del primero”.
En
Gran Bretaña y los Estados Unidos, la
ciudadanía
reunida no tienes poderes formales.
Cada ciudadano tiene el poder de votar por los representantes pero la
asamblea, que en Atenas reunía los aspectos de soberanía y
formación de opinión, no existe como institución estatal. Dado el
papel que desempeñan las comunicaciones y la formación de opinión
pública en los procesos de manipulación, el significado de esta
distinción no puede ser exagerado: La ausencia de la asamblea en el
repertorio y constitucional significa que hemos tendido a no pensar
en su falta y en su importancia para los programas de reforma
moderna. Crucial será ahora es la averiguar el significado de un
principio
que
fue fundamental para las operaciones de la democracia clásica y que
ha sido casi borrado en el pensamiento político contemporáneo: La
Isegoria
, la
igualdad en la asamblea.
La
palabra “isegoria” literalmente significa igualdad en la
asamblea. Al comienzo de cada sesión un funcionario preguntaba quién
quiere hablar ya que todos los ciudadanos tienen igual derecho a
tomar la palabra. El principio de que todos los ciudadanos podían
tomar la palabra en la presentación de información y argumentos era
fundamental para entender lo que los griegos querían decir cuando
hablaban del sistema de gobierno ateniense. Herodoto usa esta palabra
cuando trata de explicar las historias de Atenas sobre la monarquía
de Persia. Polibio lo invoca cuando explica el éxito de la Liga
aquea en los últimos años de la independencia griega:
Me
parece que la razón es que sería difícil de encontrar igualdad en
el discurso isegoria y el derecho a decir lo que piensa en la
asamblea parrhesia en resumen el sistema y los principios de la
democracia verdadera en una forma más pura que entre los aqueos
Para
Madison, privar a la gente de su capacidad colectiva fue algo
bueno, ya que la democracia directa está condenada estructuralmente
a colapsar en el caos:“en
todas las asambleas muy numerosas compuestas por cualquiera
personajes la pasión nunca deja de arrebatar el cetro a la razón,
aunque todos los ciudadanos atenienses hubiera sido Sócrates,
cada asamblea ateniense había sido un horror”
Sabemos, también, que pinta tiene un sistema caracterizado por una representación sin control de la asamblea. En Estados Unidos la presión para racionalizar y regularizar la opinión pública para que sirva a los efectos de la expansión nacional ha llevado
a un proceso de integración sustancial del estado y los principales
operadores de medios de comunicación. La tecnología militar se
integra en el uso civil junto con lo último en técnicas de
persuasión.
El desarrollo económico y la planificación dirigidos,
han privilegiado por otro lado a las grandes corporaciones y multinacionales sobre las cooperativas
las granjas familiares y las pequeñas empresas, y han promovido las
áreas residenciales y los nuevos desarrollos en lugar de a las
ciudades y pueblos pequeños. Todo esto tiene el efecto de socavar
la cultura informal de asociación política que tanto impresionó a
Alexis de Tocqueville y que ahora lucha por sobrevivir fuera de las recreaciones históricas de las primarias de New
Hampshire.
A
parte esporádicos espasmos, como el post Watergate, este
condominio de agencias de inteligencia e intereses corporativos en la
economía y en los medios de comunicación permanece, en gran medida, sin
atención en las instituciones representativas del estado. La mayoría
de los políticos electos prefieren dejar esta zona en silencio, cuando no están trabajando con entusiasmo para mejorar su
estatus dentro de ella. En Gran Bretaña la decadencia es aún más
pronunciada. Una emisora pública financiada en abundancia sigue los
pasos de los periódicos de extrema derecha. En ambos países el
cuerpo electoral podría estar formado por filósofos capacitados para la
reflexión y seguiría teniendo dificultades para comprender sus
circunstancias. La movilización política contra este consenso de la
élite en el Parlamento o en el Congreso, y en los medios
de comunicación a su servicio, todavía es posible pero es muy difícil.
Los
intentos de reactivar la asamblea tarde o temprano se topan con una obsesión familiar: "La forma de asamblea está muy bien en una
ciudad estado de las decenas de miles de ciudadanos apoyados por el
trabajo esclavo. Pero posiblemente no puede operar a nivel nacional
en un estado industrial ordinariamente poblado como el reino Unido y
mucho menos en una potencia continental como Estados Unidos". Aunque
plausible en su apariencia, esto confunde las funciones
administrativas y comunicativas de la asamblea. No necesitamos
percibir todos y cada uno de los detalles del gobierno pero sí
necesitamos ser capaces de configurar el discurso público de manera
independiente de aquellos con poder o riqueza.
A
menos que podamos hablar unos con otros como iguales y desarrollar
ideas y cuerpos de conocimiento sin interferencias abiertas de las
clases superiores políticas o económicas no podremos coordinar con
éxito contra el poder oligárquico.
Derecho a financiar medios independientes
La
re-activación práctica de la asamblea comunicativa consiste en esto:
la
asignación de recursos sobre una base igualitaria para apoyar la
producción de un discurso efectivamente público.
Esta es la forma más directa de revivir la isegoria entendida como
igualdad de discurso público. En términos concretos esto requeriría
que la Constitución garantizara cada ciudadano una suma de dinero
para gastar como deseen en periodismo investigación y análisis, así
como en las publicaciones y plataformas comunicativas que organizan y
comparten la información.
La
suma disponible para cada ciudadano
debe
tener una calidad objetiva para que pueda calcularse anualmente de tal manera que se mantenga un
equilibrio adecuado entre la voz democrática y los esfuerzos
combinados de relaciones públicas corporativas publicidad y
producción de medios. Si decimos que mil ciudadanos deberían
de poder apoyar el trabajo de un trabajador de comunicaciones con un
salario medio entonces en el reino Unido esto de calidad que la
cantidad anual se fijara en alrededor de 26 libras por ciudadanos en
el primer año. Esto permitiría que una ciudad con 50000 residentes
adultos puede apoyar una cooperativa de noticias locales así como
reporteros de investigación independientes que trabajen al mismo
ritmo así como académicos con intereses de investigación que sean
útiles para la toma de decisiones locales al mismo tiempo que
contribuyan a publicaciones y proyectos nacionales y transnacionales.
Reconocimiento de la función pública del peridista
Este
dinero fluiría a investigadores y periodistas individuales, o a
empresas y cooperativas, de manera que no se pueda predecir de
antemano. Pero sería posible que los ciudadanos apoyan el periodismo
de investigación en áreas donde la cultura editorial existentes
vacilante - principalmente aquellas investigaciones sobre los
sectores corporativo y político y los vínculos entre ellos.
Liberado de la vulnerabilidad estructural a anunciantes y
funcionarios, el periodista sería en un sentido bastante preciso un
servidor público. El dinero también podría apoyar un sector de
producción de medios en el que el diseño de animación, el documentalismo y otras disciplinas sirvan a las necesidades
comunicativas del público.
Derecho a RRSS transparentes
Al
menos tan importante como esté gasto discrecional por parte de
individuos y grupos auto organizados es el mantenimiento
de una plataforma compartida donde
los ciudadanos puedan compartir el periodismo que financian con
otros, discutir su importancia o no, y planificar nuevos cursos de
acción (formación de opinión pública) . Y en el modelo de escrito
aquí las mismas plataformas utilizadas para asignar fondos se
utilizarían como una ubicación centralizada para publicar los
resultados. Compartiremos historias y descubrimientos que nos
parecieron interesantes como lo hacemos actualmente en Facebook y en
Twitter pero
lo haríamos en un entorno transparente sobre el tratamiento del
material.
La tecnología estaría sujeta a la supervisión general y cualquier
algoritmo utilizado estaría abierto a discusión y revisión. Cada
uno de nosotros tendría algún poder definido para elevar el perfil
de trabajos particulares en esta plataforma compartida y, tal vez,
empujarlo a canales de difusión públicos. Está plataforma
protegería el anonimato de las personas cuando fuera apropiado y así
se permitiría a los grupos que están sujetos a una hostilidad
desproporcionada -minorías- una oportunidad para poder desarrollar formas
colectivas de conocimiento que luego puedan compartirse ampliamente.
La cantidad de personas involucradas en la plataforma atraería la
atención de quienes ocupan o aspiran ocupar cargos públicos, por
otro lado. Se convierte en un espacio donde los deseos democráticos
se reconocerán y refinarán cerca de las instituciones de gobierno.
La
asamblea comunicativa ya creada no
necesita en realidad reunirse en masa.
La tecnología moderna implica que cada uno de nosotros puede
emprender el trabajo de comisionar y evaluar el discurso público en
el tiempo que nos convenga. Pero la posesión de este poder
igualmente distribuido se convierte en un incentivo para la
sociabilidad política. En lugar de ser agrupados en una demografía
separada por y para expertos manipuladores, podemos descubrirnos unos
a otros como ciudadanos de una misma República comunicativa. La
asamblea virtual general generaría innumerables asambleas en línea,
y cara a cara, que van desde una conversación con un amigo hasta
grupos constitucionalmente sofisticados organizados por geografía y
de tirar interés de clase etcétera (Reoública de Repúblicas, Jefferson)
Madison
pensaba que la gente debía prevalecer sobre sus gobernantes había razones de justicia y bien general, también
estaba aterrorizado ante la idea de la posibilidad de grandes
mayorías que se alzasen poseídas por una rabia “por el papel moneda, por
la abolición de las deudas, por un igual división de la propiedad,
o por cualquier otro proyecto impropio”. En un sistema que revive
la asamblea democrática en las condiciones modernas no es posible
tal protección para los propietarios. Tal y como el propio Madison
observó "la comunicación y concierto resultan de la forma de
gobierno mismo".
La
separación de la gente de la toma de decisiones, su dependencia de
los representantes electos y de aquellas personas que son más ricas
para obtener información política, su permanente exclusión de la
producción del discurso público y por lo tanto de la sustancia del
estado, se cuestionarían de una manera importante mediante el
establecimiento de una asamblea comunicativa a lo largo de las lineas
aquí propuestas. La manipulación, claro está, sigue siendo posible
y siempre debe ser posible, pero los medios para exponerla y
derrotarla está mucho más cerca. Y este poder para desafiar la
dominación en su forma más sutil y potente también puede dirigirse
a sus formas más visibles e ingeniosas.
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