¿Por qué no soy nacionalista? III

aristócratas contra contra ciudadanos

En Francia, el gusto por la extravagancia, lo oriental y los pueblos más extraños ya estaba vigente en el s XVIII en los prolegómenos de la Revolución Francesa (las Cartas Persas”, las porcelanas chinas, los relatos de viajes…), cualquier cosa que no fuera la compleja y frívola cultura de la corte de la época absolutista (que contaba un historial de críticas ya desde Montaigne, Pascal, o el teatro de Moliere). Este interés culminó en un mensaje de fraternidad inherente a la Revolución Francesa, que implementa un cuerpo político unido en la pluralidad vía ciudadanía. Este entusiasmo por la diversidad se topó con la cuestión  de conciliar el principio cristiano de igualdad entre todos los hombres en tanto descendientes de la pareja original con la vivencia diaria (nobles y plebeyos, orientales y occidentales etc) 

Paradójicamente, es en este ambiente, y como reacción, en el que se empieza a sembrar el pensamiento étnico/tribal, precisamente por oposición a las ideas ilustradas y precisamente entre quienes más perdieron con el SXVIII, en la nobleza: El primer autor que supone la convivencia de dos pueblos en Francia es el conde de Boulainvillers, quien interpreta la Historia de Francia como la de dos naciones diferentes, una de origen germánico (los Francos) que había conquistado a los más antiguos pobladores (los galos) y se había instalado como clase dominante (efectivamente: es un pensamiento de "clase" para contrarrestar al Tiers Etat de Sieyes -quien por su parte pedía al tercer estado  que devolviera a los bosques de Franconia a todas aquellas familias que mantienen la absurda pretensión de descender de la raza conquistadora y de haber triunfado en sus derechos”). 

La propuesta de Boulainvilliers era que la nobleza negara tener un origen común con el pueblo francés, y reinvindicara una diferencia originaria (“natural”), y una primacía de los francos en base al derecho de conquista, de forma que la cuna de Francia estaría en realidad en territorio germánico (Los Francos venían de Baja Renania, Westfalia, Frisia…). Así, en una lectura adaptada” de Spinoza (a quien traduce) la conquista -fuerza- otorga el privilegio. Sus ataques a la Iglesia Cristiana (es decir a la unidad de origen de todos los hombres en tanto hijos de Dios) tienen bastante que ver con este aspecto. 

No obstante su teoría todavía habla de un hecho histórico fundacional (la conquista) y no natural (razas/naciones superiores e inferiores). Boulanvilliers representaba a muchos nobles que no se consideraban parte de la nación (quien tambien les rechazaba, por otra parte como aclara la cita de Sieyès) sino una casta que podía tener más que ver con otro extranjero de su misma condición que con un compatriota. Esto último, dada la política de matrimonios en la nobleza francesa, tenía algo de real. Sus ideas mostraron su utilidad política cuando un gran numero de nobles franceses se ven abocados a buscar refugio en Alemania e Inglaterra con ocasión de la Revolución Francesa, y las ideas sobre la creación de una internacional de aristócratas de origen germano” estaban a la orden del día (aunque fueran un desastre en la práctica como Valmy). Así el conde de Montlosier expresaba su desprecio por este nuevo pueblo surgido de esclavos (…) mezcla de todas las razas y tiempos”. 

¿Por qué el origen alemán? Este supuesto origen alternativo nórdico o germánico tenía la virtud política de dar razones de oposición al latinismo de los ilustrados (quienes se consideraban herederos de la República Romana). Se buscaba el triunfo de los  pueblos germánicos sobre Roma por segunda vez. Es así como llegamos al Conde de Gobineau, y su Ensayo sobre la desigualdad de las razas humanas”… una joya que veremos más adelante. 

La aparición de la nación racial.

Recordemos:  habíamos dejado a los Alemanes en una situación complicada a principios del siglo XIX. Por una parte venían de una situación en la que la cultura francesa apabullaba a Europa. Esa cultura alumbra una Revolución. Cuando la revolución, que ponía todo en cuestión, fracasa, ascenciende de Bonaparte. El nuevo César asola Europa como un maremoto, pero su posterior derrota no hacían sino traer más confusión a pensadores como Hegel o Ficthe, que dejan de ser fervientes defensores de la Ilustración e intentan razonar lo ocurrido (Arendt analiza este proceso en Sobre la Revolución”). Lo relevante es que el antiguo Imperio Alemán se había desintegrado, así que, de nuevo se necesitaba un relato, (una idea fuerza, que se dice ahora) que explicara el fracaso y permitiera buscar una alternativa al absoluto propuesto por la Revolución. El pensamiento nacional alemán nace así como reacción a la dominación extranjera como un esfuerzo por unir al pueblo en un origen/principio común. Se inicia un proceso de construcción  que culmina cuando se lleva a cabo la guerra de  1870

En contraste con Francia, los nobles prusianos no vieron amenaza en la monarquía -que no había llegado a los extremos absolutistas franceses- ni, al principio, en el auge de la burguesía. El pensamiento nacional se gesta así como arma política de nacionalistas que deseaban la unión de todos los pueblos de habla alemana, y por eso insistían en un origen común. Era la lengua, y no la raza o la religión al principio (aunque sus esperanzas estaban en Prusia y no en Austria), pero después de 1814 se hizo más común el apelativo a los lazos de sangre ya que, al fin, la lengua se puede aprender y las unidades de destino en lo universal suelen ser terrenos pantanosos. 

Y ya que hablaban en clave tribal o étnica, y establecían la NO Igualdad, surge inmediatamente la comparativa (hombres tomándose las medidas, es cuestión de tiempo que comparen), a la que se responden lógicamente que lo nuestro es mejor, por ser más puro y sin mezcla. Esto es típico del nacionalismo: me declaro nación porque soy mejor. Lo relevante es que las doctrinas nacionales que habían surgido como reacción a la ocupación extranjera tenían un carácter negativo, destinado a crear un muro entorno al pueblo, a actuar como fronteras que no podían ser claramente definidas ni geográfica ni históricamente (Arendt). Es más de igual manera que la falta de una construcción nacional histórica común se superaba por el concepto orgánico de la nación -la nación no se crea porque siempre ha existido-, en la esfera social en la que la nobleza deja de pintar y la burguesía quiere pintar, había que buscar un nuevo medio para identificar a los miembros de la tribu entre la diversidad. El nacionalismo étnico permitía no sólo entre los pueblos, lo que exige definir previamente las etnias, sino incluso entre los propios miembros de la étnia:  la misma naturaleza dotaba a unos (pueblos o individuos) frente a otros de características especiales (nobleza, fortaleza, valentía). Así  los escritores románticos pronto alardeaban de la verdadera nobleza”, que no era un título de barón, sino que el genio o la fuerza era un privilegio natural de determinados individuos. Esta cuestión es transversal en la literatura romántica. La discriminación entre quienes tenían o no naturalmente privilegios” continuó avanzando , y así Adam Mueller insistía en la pureza de la ascendencia como prueba de nobleza” , y Kard Ludwig von Haller  declaraba como ley natural que los débiles deban ser dominados por los fuertes”  (nobles/aristócratas por naturaleza llamados a gobernar).  Así que podemos añadir como ingredientes del cóctel el origen tribal y la nobleza natural de los pueblos puros”. Pero más allá de intuiciones, urgía una formulación que permitiera explicar científicamente la desigualdad. Gobineau se propuso descubrirlo.

Gobineau y su Ensayo sobre la desigualdad de las razas humanas”

Antes que el darwinismo o que cualquier otra teoría de la historia, Gobineau se jactó de haber introducido a la Historia en el reino de las ciencias exactas y de haber descubierto la ley natural de la sucesión de acontecimientos y reducido todas las manifestaciones espirituales o fenómenos culturales a algo tangible. Es ciertamente avanzada su preocupación por la decadencia, 30 años antes que otros como Nietzche, y es relevante que profetizase el fin de la humanidad en una lenta catástrofe natural; aunque su idea decadencia parece relacionada a la de decadencia de la casta de la nobleza, (con Luís Felipe, la nobleza no tenía nada más que perder frente al tercer estado, porque éste ya había vencido y sólo restaba quejarse). 

Gobineau era un noble frustrado por la época que le tocó vivir, y que tuvo que buscar una explicación para aquellos que pensaron ser descendientes de los francos y que, habiendo dominado por derecho de conquista, se veían excluidos, sin tener ya ni esperanza de recuperar su posición. Identificó la decadencia de su casta con la de Francia y con la de la civilización, y así descubrió que la decadencia de las civilizaciones es debida a la contaminación de la raza vía mezcla de sangres. Esto implicaba que en cada mezcla la supuesta raza inferior es siempre dominante -como una especie de virus o enfermedad-, y de ahí deriva que la etnia inferior es un peligro para la superior porque provoca el principio de su fin. 

Lo que Gobineau buscaba era la definción de una élite que sustituyera a la aristocracia, y así, en lugar de nobles, propone a la raza/etnia  de nobles: los arios. Gracias a esta etnia se formaría una élite de individuos que podían reivindicar las prerrogativas de los señores feudales sólo afirmando que se sentían nobles (la nobleza innata que hemos visto antes). Como en el concepto de nación que vimos en el otro post, la aceptación y defensa del nacionalismo etnicista era la prueba de que ese individuo sentía ser de buen linaje, que era uno de los escogidos. En un entorno decadente, en siglo en el que el capitalismo hacía que grandes masas de población quedara marginada, es fácil entender la fuerza que podría tener este relato, ¿verdad? ¿Quien no querría estar llamado al privilegio por el simple hecho de ser él mismo?


De los derechos de los ingleses al Darwinismo Social ¿qué pasaba en Inglaterra? 

Los Ingleses habían estado en guardia contra todo lo que venía de Francia (con quien mantienen una relación de amor-odio histórica). Tras todo el proceso de expropiación de los Commons en el XVIII, la sociedad inglesa era en esencialmente desigual. La sóla mención a los derechos del Hombre”, a la fraternidad, les daba sarpullidos. Edmund Burke  estaba convencido de que los espacios de libertad no se crean sino que se heredan (“(…)nuestras libertades como una herencia transmitida por nuestros antepasados y que tiene que ser legada a la posteridad”. Es decir la libertad sería la suma de privilegios heredados. 
Burke amplió el principio de estos privilegios a todo el pueblo inglés que vendría a ser una nobleza entre las naciones (seguramente en Manacor o en Salou pondrían pegas a esta afirmación, pero así es el nacionalismo). La nobleza real, por otra parte, tampoco puso problemas, y ello porque había asimilado con gran sentido práctico, a burgueses, de forma que no era infrecuente que un plebeyo pudiera alcanzar la posición de un lord, si bien, esto, , dio como consecuencia una obsesión por la eugenesia
Recuérdese que los ingleses estaban lanzados a la empresa imperial, y por tanto estaban en contacto con otros pueblos. Es en las colonias, en el día a día, en  dónde la gente tenía que resolver un problema de vida en común con otros pueblos (América o África) y  dónde la realidad hizo abordar el problema de la raza. Surge así el Poligenismo como medio para explicar por qué el Este es el Este y el Oeste es el Oeste, (las peras y las manzanas). El Poligenismo contribuyó a impedir los matrimonios mixtos entre ingleses y cualquier otro grupo,  en las colonias y a promover la discriminación de los mestizos entendiendo que tales personas no son verdaderos seres humanos”. 
Esta doctrina fue sustituida por otra que, si bien partía del concepto de herencia tan Inglés, añadía el progreso científico”, tan XIX, y sumaba una teoría que ya hemos escuchado antes: el derecho de fuerza: el darwinismo social.  El hombre estaría emparentado con el reino animal del que le separaban algunos grados, y sus distintas especies estarían en una continua lucha por la supervivencia en la que sólo los más fuertes sobreviven. Así proporcionaba sobre la base de la herencia (so british) justificación tanto para la dominación racial como clasista.
Sus teorías daban respuesta a una clase media que deseaba que los científicos pudieran probar que los grandes hombres, no los aristócratas, eran los verdaderos representantes de la nación, y en ellos se personificaba el genio de la raza inglesa. Y es que en suma el nacionalismo inglés nació de una clase media nunca enteramente emancipada de la nobleza y enfrentada a la realidad de otras culturas, si bien tenían la considerable ventaja de ser una Isla, lo que facilitaba la cuestión de las fronteras.

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