El esfuerzo por comprender el horror

El esfuerzo por comprender el horror: Eichmann en Israel por Hannah Arendt

«¿Por qué no ingresas en las SS?». Y Eichmann contestó: «¿Por qué no?».

Cita recogida en el juicio en Jerusalem a Adolf Eicham

“Eichmann en Israel”, Hannah Arendt

“Hay que recuperar, mantener y transmitir la memoria histórica,

porque se empieza por el olvido y se termina

en la indiferencia” (2005 Saramago)










De entre toda la literatura surgida a raíz del genocidio nazi, me  gusta destacar un libro en concreto, por cuanto da un paso más allá de la simple descripción de hechos y el inagotable conteo de víctimas, y pretende comprender el fenómeno. Comprender, que no perdonar, cómo pudo llegarse al punto de implementar procesos que sistematicen la muerte partiendo de la más terrible negación de la condición humana de la víctima. Si bien la obra tiene connotaciones filosóficas evidentes, el hecho de ser originada, en realidad, en una colección de artículos redactados en estilo periodístico, facilita enormemente su lectura.

 

El 11 de mayo de 1960, un hombre pequeño, con gafas que se había bajado del autobús que lo traía de su trabajo a casa en un suburbio en Buenos Aires, pasaba junto a un vehículo averiado que estaba rodeado por unos hombres. Uno de ellos se dirigió a él “puedo preguntarle algo?. EL hombre se detuvo, y antes de darse cuenta, aquellos hombres se abalanzaron sobre él de modo que se vió introducido en aquel vehículo, secuestrado en plena calle. Esos hombres eran agentes del MOSAD, y acababan de capturar a Adolf Eichmann, Coronel de las SS, jefe de la seccion IVB4 de la Gestapo, participante en la conferencia de  Wannsee, responsable de las deportaciones de judíos en la Alemania nazi, de los trenes de la muerte, y, por tanto, corresponsable en la llamada “Solución Final“. Eichmann fué trasladado a Jerusalem para que respondiera por sus crímenes, proceso que se llevó a cabo en 1961.

La otra persona que forma parte de esta historia se llamaba Hannah Arendt ,judía nacida en Hannover y una de las pensadoras más interesantes e influyentes del pasado siglo, discípula de Jaspers y Heidegger, influenciada también por filósofos que van desde San Agustín a Kant. Arendt, tras una agitada juventud, como activista sionista comienza a tener problemas con el incipiente régimen nacional socialista, hasta el punto de ser detenida, y retirársele su nacionalidad (la retirada de la nacionalidad era uno de los pasos previos a la llamada solución final, por cuanto los apátridas se convertían de facto en ciudadanos de segunda sin derechos, susceptibles de expropiaciones sine causa, de deportación, de concentraciones en guetos….). De hecho fué apátrida hasta que consiguió emigrar a Estados Unidos. A pesar de su formación filosófica, siempre prefirió ser considerada como teórica política, siendo muy crítica con los sistemas de democracia representativa(ver "la Crísis de la República" ). Fruto de todo su bagaje formula una de las obras más importantes del pasado siglo, “Los Orígenes del totalitarismo” (Theorie der totalen Herrschaft), en la cual se encuentra  una de las ideas que más me apetece destacar, junto a la defensa del diálogo tanto interior como “con el otro”, y la necesaria aceptación del pluralismo -todos somos iguales en tanto todos somos diferentes y únicos-. Esta idea es el carácter innovador del ser humano – en cada hombre se encuentra la posibilidad de un nuevo comienzo-.


En Abril de 1961, Arendt fue contratada por la revista “The New Yorker” para hacer un seguimiento del proceso. A su llegada la autora tuvo que volver a enfrentarse a los fantasmas de su pasado, y sin embargo, con voluntad férrea, hizo el esfuerzo de desprenderse de su pasado para intentar comprender, no ya lo que se juzgaba (en realidad se mostró casi irrelevante la vinculación de Eichmann a muertes concretas, esto quedó claro desde el principio con las listas de testigos y las pruebas a practicar) sino,el llamado “Cuadro General” en palabras del fiscal. Para muchos, no sólo para Arendt, lo más inquietante, a la vista sus declaraciones, de Eichmann es que no era un monstruo excepcional  sino un ser simple humano. A él se refiere con citas como “cualquiera podía darse cuenta de que aquel hombre no era un «monstruo», pero en realidad se hizo difícil no sospechar que fuera un payaso.” En otra parte señala “Cuanto más se le escuchaba, más evidente era que su incapacidad para hablar iba estrechamente unida a su incapacidad para pensar, particularmente, para pensar desde el punto de vista de otra persona (empatizar). No era posible establecer comunicación con él, no porque mintiera, sino porque estaba rodeado por la más segura de las protecciones contra las palabras y la presencia de otros, y por ende contra la realidad como tal.”( la ideología como conjunto de pre-juicios que evitan el contacto con la realidad)

La tésis de Arendt radicaba se basa en la diferencia entre razonar y pensar. Atribuye al razonamiento la capacidad de resolución de problemas (2+2= 4, relaciones causa-efecto) mientras que el “pensar” estaría referido al concepto de diálogo con uno mismo, a la conciencia, a la existencia de la persona moral (daimos interior).

Eichmann como tantos otros de la sociedad alemana de entreguerras se había negado a pensar (a reflexionar sobre sus actos, a dialogar internamente con su conciencia)  y se limitaba a razonar, es decir, a desarrollar las órdenes recibidas en busca de los mejores resultados posibles a los objetivos planteados, ya fueran estos el ahorro de papel en la oficina o el traslado de millones en un tren a Auschwitz.

Esto se combinó con una propaganda que mezclaba el pangermanismo, el nacionalismo, (que junto a la peor interpretación posible del darwinismo derivó en racismo,) que multiplicó el ya existente antisemitismo y la cosificiación del contrario, negando no sólo la ciudadanía (entendida como el derecho a tener derechos) sino la misma condición humana a las víctimas.

Los judíos, gitanos, disidentes en realidad no eran ciudadanos, y de hecho, como ocurrió con la propia Arendt, eran legalmente expulsados de sus hogares, desnacionalizados y convertidos en apátridas.

Arendt además niega el recurso a las responsabilidades generales y abstractas, por cuanto diluyen la responsabilidad individual: la que tenemos cada uno de nosotros en alterar los procesos históricos, la que surge de nuestra propia conciencia (porque todos tenemos la capaciadad de inciar algo nuevo o detener un  proceso)

Pero Arendt no se quedó sólo en Eichmann, ya que como he dicho, el proceso intentaba pintar un cuadro general. Así una de las cuestiones que más controversias levantaron fué la colaboración de los Consejos de Judíos en la determinación,  entrega de las víctimas, y censo de sus bienes, que luego serían, merced a estas listas, expropiados.

“Los miembros de los consejos judíos habrían obtenido de los nazis un «enorme poder sobre la vida y la muerte»” o “Este papel de los dirigentes judíos en la destrucción de su propio pueblo es para los judíos sin duda el capítulo más oscuro en toda su oscura historia” son citas que generaron gran crítica dentro de las asociaciones judías, y que hablan también del compromiso con la verdad y del esfuerzo por la objetividad de la autora. Cabe decir, en cualquier caso,  que la colaboración fue forzada y que, para ser justos, muchos no sabían que mandaban a sus convecinos a la muerte o al exilio.

Pero la crítica más incisiva y, además necesaria,  es la crítica a la sociedad alemana en general, y que es correlato derivado de todo su pensamiento previo. En una de las citas más célebres, Arendt se queja que que se obvie la pregunta fundamental. Esta no es ¿por qué no se rebeló? o ¿por qué no se negó? … sino ¿por qué colaboró usted? De hecho se rebela contra el significado mismo del juicio, al acabar siendo Eichmann una excusa para no aceptar la responsabilidad de cada uno de los ciudadanos…porque tanto los ideólogos, como los ejecutores como los espectadores, tanto los que jaleaban como los que callaban, tuvieron, en una u otra medida, su parte de responsabilidad.


El proceso de Jerusalén no es solo un simple hecho histórico,porque aún está presente en nuestras vidas. Sentó principios básicos, como que la obediencia a los mandos no puede ser excusa cuando estamos ante crímenes contra la humanidad, que los delitos imputados no prescriben porque no hay tiempo que pueda traer el olvido, y el olvido no puede borrar el horror. Los carniceros de la antigua Yugoslavia de Milosevic pudieron ser juzgados porque antes existió el proceso de Jerusalem. La idea de un tribunal penal internacional que persiga los crímenes contra la humanidad, proviene de aquí por cuanto Nüremberg en realidad era un tribunal “en Alemania” y hasta ese momento los crímenes nazis se juzgaban en los propios países, por los mismos jueces que habían aplicado las leyes anteriores ( de hecho la defensa de Eichmann intentó sin éxito forzar una extradición a Alemania).
Este post tiene como propósito ayudar a educadores a la búsqueda de material para el debate y reflexión en las aulas. A continuación colgaremos material audiovisual disponible en la web.

Extracto resumen de la película Hannah Arendt y la banalidad del mal, en el que se resume su tesis



Pero si se necesitase profundizar más :
Hannah Arendt y la Banalidad del Mal



Quizá la entrevista más interesante : Günter Gauss entrevista a Hanna Arendt: qué queda de Alemania? queda la palabra...


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