Que es la Gentrificación? Lógicas de expulsión
Qué es la Gentrificación ?
“Gentrificación”
hace
referencia al resultado de un proceso por el que un barrio deprimido
y abandonado
tras
recibir inversión
para
su rehabilitación
y
puesta en valor. Esta mejora en la calidad de vida del espacio tiene
como efecto incrementar el precio
del
capital inmobiliario -edificios, bajos- y afecta tanto al existente
como a nuevas edificaciones. Se sube así el coste de la vivienda
tanto de alquiler como en propiedad.
En
una segunda fase, esta mejora en la habitabilidad, y por tanto en la
calidad de vida atrae a nuevos
grupos poblacionales
que
entran en competencia con los que ya vivían en la zona por los
recursos existentes y contribuyen al aumento de precio. Al asentarse
y competir, estos nuevos grupos de población traen nuevos hábitos
de consumo que a la larga terminan por encarecer el coste de la vida
en general.
Las
fases por las que se produce el fenómeno serían la de abandono,
la inversión,
la de repoblación
por clase media alta, y por último la de revitalización
económica
y elevación
del coste de vida.
El efecto final de todo este proceso es la expulsión
de
los antiguos moradores y comercios, que se produce, entre otras, por
al menos estas vías:
- Aquellos que podían mantenerse en régimen de alquiler en el entorno de un barrio deprimido, no pueden hacer frente al incremento del coste de la vida y terminan abandonando,
- Aquellos que eran propietarios sufren acoso inmobiliario o al morir, sus herederos venden sus casas,
- Aquellos comerciantes que se habían especializado en bienes y servicios para antiguos moradores ven su cartera de clientes desaparecer y aumentar el coste de apertura y mantenimiento del local por la renta, por lo que se ven obligados al cierre.
- La falta de comercio tradicional y la desaparición paulatina de sus redes hace que los pobladores que queden también vean cambios que les hagan inhóspito su lugar de residencia. Estos fenómenos se retroalimentan.
Fue
Ruth
Glass, la primera en aplicarlo para explicar los cambios que se
estaban produciendo en Londres en los años 60 en barrios obreros.
Los gentris
(término
que tiene origen en el latino Gens) se usaba para referirse a los
terratenientes -familia de la nobleza- que no habían heredado
título, pero sí riqueza, y en el que luego se incluyó a alta
burguesía: sin título y con riqueza.Lo que percibe Glass es que el
barrio obrero tradicional y
pero bien
situado
empieza
a recibir inversión, fundamentalmente privada, que provoca un alza
de precios y una posterior expulsión
de
los antiguos moradores.
Cómo se produce ?
La
gentrificación comienza cuando un grupo de personas o empresas de un
cierto nivel económico descubren un barrio de gente pobre que, a
pesar de estar degradado y depreciado comercialmente, ofrece una
buena relación entre calidad y precio y sus posibilidades de
desarrollo. Deciden instalarse en él, aprovechando las oportunidades
y precios muy bajos. Es clave pues tener en cuenta que el barrio,
aunque depreciado, tiene
un potencial de crecimiento
evidente.
Los
defensores de estos procesos se centran en que las zonas deterioradas
sí necesitan mejorarse y necesitan inversión, básicamente por sus
características.
Como
decíamos, no
cualquier zona es susceptible de sufrir un proceso de este tipo.
Hablamos de zonas muy bien
localizadas,
con
una buena
accesibilidad,
y
en la mayoría de los casos con un
patrimonio
urbanístico de gran valor,
lo
que determina que exista un potencial de crecimiento sin usar,
desaprovechado.
Esta
situación de deterioro viene dada por la falta de mantenimiento y
deterioro de centros históricos. No
se trata de un ciclo natural,
sino
de un abandono
político,
o mejor dicho, de la decisión política del abandono de inversiones
en determinadas zonas que conlleva su deterioro.
Por
ejemplo, en los 80 se potencian espacios residenciales a las afueras,
en una especie de movimiento centrífugo que cambió el foco político
y generó espacios deprimidos en el centro.
Así
sus defensores hablan de “gentrificación
positiva”
en
el sentido de que el fenómeno viene a corregir aquel abandono del
que hablábamos en la protección pública de la zona, por lo que la
reinversión en la zona deteriorada va a revalorizar no sólo los
inmuebles adyacentes sino el resto del barrio.
Pero
lo cierto es que el efecto principal del ciclo de abandono y
posterior reinversión provoca el desplazamiento de los más
vulnerables. El capitalista privado tiene como meta la maximización
de su beneficio, por lo que no está interesado en que su inversión
redunde en las necesidades de las personas que están ahí. Su misión
es maximizar su beneficio.
Por
eso es muy difícil que el sector privado, sin
control público,
consiga que esas inversiones vayan a mejorar la vida de las personas
que habitan el lugar, o la ciudad en general. Las personas son
accesorias en su planteamiento. Además las inversiones privadas
tienden no a reforzar el carácter del espacio público, sino a
transformar el espacio público en privado para generar negocio
(tiendas, comercios, centros comerciales, etc).
Hay
otra corriente que defiende la gentrificación porque estima que a
través de la llegada de esos nuevos habitantes de mayor poder
adquisitivo se puede obtener una mejor
y mayor mezcla social;
que
esta mezcla sería preferible a la separación en barrios monocolor,
porque contribuiría a una mayor interconexión entre los diferentes.
Siendo
aceptable el supuesto de la necesidad de cohesión vía convivencia
de los distintos, esto no termina ocurriendo así.La población
económicamente más vulnerable no va a poder resistir este efecto.
De
esta forma el efecto que se crea es el de excluir
espacios públicos para reservarlos a una determinada población en
función de su capacidad adquisitiva,
a la vez que se envía a la población desplazada a periferias que en
ocasiones devienen en guetos, lo que motiva que las diferencias
sociales se acrecientan y enquisten, y termina por dinamitar el
espacio público. Estos procesos
de cerramiento de lo común (ya
denunciados por Marx) son habituales manifestaciones del modelo de
ciudad neoliberal.
Además,
este desplazamiento genera otros problemas que incrementan
la vulnerabilidad de los desplazados:
desde la distancia
al trabajo o escuela
(y
los problemas añadidos de movilidad) hasta la atención
de niños y dependientes
cuando,
precisamente por causa de esos desplazamientos, se amplía el tiempo
de ausencia del hogar.
El
papel del poder público debe ser fundamental.
Las
autoridades tienen que ser conscientes de su papel de redistribución
de la riqueza y de los efectos que estos procesos generan. Si lo
público no procede de forma rigurosa ordenando las inversiones, la
planificación, etc, es poco probable que este tipo de fenómenos se
paren. En el fondo el lo que ocurre hace referencia a una
lucha
de clases,
en
el sentido de que se fuerza al desplazamiento de clases
desfavorecidas en favor de una clase económicamente más fuerte en
el seno de la ciudad neoliberal.
Este
es el motivo por el que las organizaciones de vecinos defienden el
derecho
al arraigo,
que protege a la población desfavorecida frente a las presiones que
encuentra para vender y marcharse, en base a que no es justo
abandonar a los más vulnerables a la presión del mercado para
abandonar sus redes sociales, sus apoyos, sus casas por necesidad (La
mayoría de las clases populares genera sus redes en un espacio
cercano a su propia vivienda, mientras para aquellas con mayores
ingresos, la cercanía geográfica no es un valor relevante.)
En
fin este desplazamiento acaba generando segregación de barrios en
función del poder adquisitivo, lo que acaba por sumarse a la trampa
de la pobreza y ser otro más de los factores que impiden la
movilidad social.
En Madrid
El
primer ejemplo de gentrificación que podemos encontrar abarcaría
los procesos inmobiliarios que acontecieron en Barcelona con ocasión
de la celebración de las Olimpiadas.
En
Madrid el primer barrio gentrificado fue el de Chueca, que
pasó de ser un barrio deprimido, a ser una de las zonas más caras
de la ciudad. Igual suerte sufrió el barrio de Malasaña,
dónde empiezan los primeros movimientos en contra estos procesos. El
punto de mira ahora está puesto en Lavapiés.
En
todos los casos el proceso culmina con la creación de un
Barrio-Marca,
en el que el espíritu del barrio se transforma en una etiqueta más
del marketing, y una transformación del tejido del barrio y de sus
habitantes, de sus aspiraciones y necesidades, (que hace, por
ejemplo, que la pescadería de barrio acabe convertida en una
pastelería vegana para perros).
La
transformación de Malasaña ha sido muy rápida, pero para muchos no
ha sido en absoluto un proceso natural, sino un proceso
histórico,material, con protagonistas concretos: Tras lo vivido en
Chueca un grupo de empresarios formaron acotaron una zona adyacente,
un triángulo que pasaron a denominar TRIBAL.
Esta asociación de empresarios compró decenas de locales en la
zona, entre ellos muchos prostíbulos, y los convirtió en tiendas de
moda. Detrás de Tribal aparecían cientos de empresas especializadas
el la construcción y gestión de capital urbano.
También
surgen los primeros movimientos sociales que por primera vez en
España ponen nombre al proceso y a sus efectos negativos (la
especulación, el encarecimiento y la limpieza social) y empiezan a
denunciarlo como un proceso que violenta a los vecinos.
El
siguiente objetivo es Lavapiés,
que de momento resiste sobre todo gracias al tejido social y
asociativo creado en el barrio aunque el hecho de que tenga este
carácter político puede también ser un peligro, por lo que
contribuye a la etiqueta de barrio-marca.
Como
todo conflicto social, los procesos de gentrificación generan micro
violencias defensivas. Así
los grupos anti gentrificación empiezan a culpar a los supuestos
agentes gentrificadores identificados en grupos sociales como
hipsters, gays y turistas del proceso, olvidando que en realidad
cualquier nuevo vecino puede ser un agente (quizá la mejor manera de
evitarlo sea ser consciente.)
Una
de las claves que más ha abierto debate en este sentido es la
relación de la industria turística y los procesos de
gentrificación, a través del auge de los llamados
pisos
turísticos.
De
hecho uno de los principales problemas no es la sustitución de
población por otra población, sino
la sustitución de población por turistas («ciudades museo» o
«ciudades zoo»).
En este sentido los hoteles no serían tan problemáticos porque en
realidad generan puestos de trabajo y pagan impuestos, generando
beneficios sociales no visibles en el caso de los apartamentos.
Las lógicas de expulsión del espacio público neoliberales
La importancia del concepto ciudad
Las
calles y el espacio público se definían por su función como el
lugar geográfico multiusos en el que la ciudadanía se encontraba,
jugaba, trabajaba, etc. Era el espacio
de la diversidad de actividades y encuentro de los vecinos.
Hoy
en día se pretende que la única función que cumpla la calle es la
de ser soporte al transporte privado.
Nuestro
concepto de ciudad proviene directamente del pensamiento griego. Los
griegos definían la polis como una
comunidad
política
constituida
por ciudadanos que, por su ciudadanía, tenían una relación
compuesta derechos y deberes frente a la ciudad. Esta relación se
construía en el ágora,
el espacio público, y tenía como fin del “bien vivir”
(Aristóteles).
Por
tanto estas tres ideas (comunidad política, ágora y
ciudadanía) son indisolubles, y es desde este punto de vista que
Lefebvre (La
producción del Espacio) plantea
el derecho a la Ciudad como elemento fundamental del Zoon Politikón.
La ciudad neoliberal
La
ciudad desde el punto de vista neoliberal viene a modificar
sustancialmente este concepto haciendo que las relaciones sociales e
interpersonales pierdan peso en relación con el consumo y la
apropiación (de ciudadanos a consumidores).
Así
la ciudad neoliberal genera restricciones a derechos y libertades
ciudadanas por la vía del mercado: la población no tiene derecho a
vivienda sino que paga por ella, no tiene derecho al agua, sino que
paga por ella. La
propiedad es la barrera y quien no tiene capacidad económica no
tiene derechos.
La
ciudad Neoliberal rompe así el concepto de comunidad política
producida por los ciudadanos a través de sus derechos y deberes al
dificultar e impedir la tríada de:
- Polis -autogobierno-
- Ayuntamiento o urbs -lugar común donde se encuentran los distintos- y
- Civitas -construcción social del espacio y pensamiento cívico-.
Los
fenómenos de gentrificación, así, no son fenómenos aislados
sino que se
encuentran insertos en las lógicas de la globalización
neoliberal.
A medida que se expande la globalización económica, aumenta el
número de “ciudades globales”, lo que genera el conflicto. La
globalización que está dominada por las fuerzas agrupadas de las
finanzas digitalizadas y virtuales,
irrumpe
así en la ciudad materializando el conflicto.
La
ciudad global neoliberal se materializa para implantar una cultura
globalizada y estandarizada, generando un conflicto global-local. La
lógica de las migraciones que esta globalización introduce crea
nuevos espacios interculturales que, al fin, tienen en común la
cultura estandarizada dada, en detrimento de la originalidad.
Las lógicas de exclusión
Uno
de los cambios fundamentales de esta modernidad global consiste en
que hemos
abandonado un sistema político económico que incluía al máximo
número de personas:
como consumidores y eventualmente como trabajadores. El consumo en
masa era su forma de crear plusvalía: se produce en masa vivienda,
coches... lo que requiere un consumidor acrítico.
Pasamos
ahora a
un sistema dominado por la lógica de la expulsión del mercado.
Esto es posible porque la financiación o mejor dicho la
financiarización de cada vez más y más sectores logra que por la
vía de la economía virtual financiera se puedan crear enormes
plusvalías
sin
requerir de consumos en masa.
Esto
implica, sencillamente, que la gente ya no es necesaria (Saskia
Sassen, Expulsión).
Los
nuevos neoliberales vuelven a llenar de contenido la categoría
humanitaria de los
desplazados,
que es la que más está creciendo, no sólo a nivel
internacional, sino dentro de las ciudades con procesos como la
gentrificación, pero hay más ejemplos.(por ejemplo, cuando China
compra tres millones de hectáreas para la producción de palma en
Zambia no sólo provoca una extinción de fauna y flora de sus
lugares originales, sino también una expulsión de pequeños
agricultores y de pueblos enteros, o , los Estados Unidos mantienen a
7 millones de personas en cárceles, siendo la gran mayoría no
criminales sino socialmente expulsados. Así la prisión, que está
privatizada en USA, se convierte en un medio por el que cada
preso adicional genera beneficio a la empresa.
Cada sistema genera sus propias vías de expulsión.)
Comentarios